La oligarquía financiera sigue perpetrando sin oposición alguna sus robos a la clase obrera, con el único objetivo de mantener la riqueza para aquellos que poseen los medios de producción basándose en la explotación del hombre por el hombre. Cada fase de ese fenómeno que los capitalistas denominan como período de bonanza, conduce a una nueva crisis sin precedentes que abre una profunda brecha en la economía de miles de familias en el Estado Español, dotándoles del conocimiento de una realidad que se antoja terrible según se sucede el desarrollo de un sistema atroz y caduco.
El afán destructor de los dueños del capital nos lleva a vivir penosas realidades como la que ahora nos toca afrontar. La tasa de pobreza en el Estado Español es una de las más altas de la Unión Europea, tan solo superada por Rumanía y Letonia. El nivel de familias que ya viven en la pobreza se alza por encima del 22%, pero otro 25% se encuentra ante un ineludible riesgo de exclusión social. Cifras preocupantes conociendo que, en 2010, el número de personas en riesgo de pobreza se situaba en 11,6 millones. Estos desmanes son producto de la exacerbada codicia de un capitalismo salvaje, digno de la dictadura burguesa y el totalitarismo financiero más inhumano, que nunca ha buscado satisfacer las necesidades de sus ciudadanos. La pasividad de la clase obrera española parece aún ser un escollo ante la necesidad urgente de adquirir una conciencia de clase que nos lleve a terminar con el fraude imperante.
El pueblo, devoto inocente de engañosos becerros de oro, atiende a las necesidades de la burguesía que les promete una salida indolora a esta lamentable situación. Es el propio pueblo el que, lejos de despertar, no comprende que aquellos tiranos a quiénes votan son los mismos productores de su miseria. Tenemos el último ejemplo en la reforma laboral, desmesurado atentado contra el bienestar de la clase obrera, dónde se facilitará el despido y se bajarán sueldos a gusto del patrón opresor en una lista interminable de ataques contra aquellos que solo pueden tener como sustento la venta de su fuerza de trabajo.
Nos acercamos hacía la materialización de un fenómeno que siempre observamos lejano en el horizonte de los países en vías de desarrollo: La total polarización de la sociedad, creando una clase burguesa implacable y absoluta; y un proletariado en unas condiciones de vida cada vez más míseras. No debemos dudar qué, si este es el objetivo para la manutención de una riqueza fundamentada en el robo a las clases trabajadoras, será llevado a cabo con impunidad. Ante esto, tenemos el deber de organizarnos y luchar contra un enemigo que posee nuestra subsistencia en la palma de su mano. De nosotros depende construir las asambleas populares que sienten las bases para la constitución del Frente Único del Pueblo, guía de la lucha que trasladará al decrépito sistema capitalista al cementerio de la Historia.
¡AGRUPÉMONOS EN LA LUCHA!
¡POR LA CONSECUCIÓN DEL SOCIALISMO Y LA EMANCIPACIÓN DEL PROLETARIADO!
Federación de Jóvenes Comunistas de España (FJCE)
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