Odisea de un español cualquiera [PCOE Córdoba - Célula Enrique Líster]

martes, 21 de febrero de 2012

Esta es una declaración de intenciones ante la situación actual, de la cual no todos somos víctimas, sólo la mayoríaaunque hay verdugos que son lobos con piel de cordero.
Para facilitar la comprensión hablaremos de un personaje en particular, José, o por qué no, le llamaremos Pepe para que nos resulte más familiar.


Pepe se levanta cada mañana a las 630 para asearse, ducharse y lavarse los dientes. Se viste con su indumentaria de trabajo y va a tomar ese café revitalizante de la mañana. Mantiene conversaciones con los compañeros: Que si la niña ya va a entrar a Primaria, que si mira lo ilusionada que estáes una carrera que comienza, un futuro para una joven que mañana puede ser médico, ingeniero, física, maestra o quizá tan sólo obrera de la construcción como su padre. Hay que luchar, ella deberá ser lo que desee y buenamente pueda.



Entre vivencias comentan los compañeros y compañeras a la espera del coche de la empresa que los recogerá para llevarlos al interior de la obra, dónde le espera una maquina excavadora con la cual debe mover una cantidad determinada de metros cúbicos de tierra. Pepe no comprende esas prisas insanas, antaño era más importante la calidad de su trabajo, pero últimamente solo importa la cuantía de metros de tierra para así abultar la cantidad de ganancia de la empresa.

Él era un hombre que nunca había querido saber el porqué de las cosas. ``Yo soy un operario, realizo mi trabajo y ya está.´´ Incluso en cierto momento discutió con aquel chavalín que con tanto ímpetu decía: ``Corred, corred para terminar, que antes iremos todos al desempleo cuando la empresa empiece a terminar obras´´. Pepe jamás creía en eso. Su amigo y encargado Manuel también le decía que la empresa era una de las más grandes, había obras por todo el mundo y los jefes cuidaban a los buenos operarios, de ello podía estar seguro.

La máquina de Pepe tenía un faro roto. Debía llamar lo antes posible al mecánico, ya mismo empezaba el doble turno y la maquina tendría que estar noche y día en funcionamiento. La noche es algo que Pepe no podía soportar. De día no importaba estar allí doce horas; empezaban a las 7 de la mañana y salían a las 7 de la tarde. Pepe necesitaba el dinero de las horas extras: La niña iba a necesitar libros y material escolar nuevo, tenían la hipoteca dichosa y encima su hermana estaba despedida del supermercado donde trabajaba, por lo que ahora vivía con ellos.

Pepe siempre se reía de esos famosos carteles que ponían en las carreteras al paso de las obras, trabajamos a tres turnos , cuando solo lo hacían los enchufados en la empresa promotora: Todos cercanos a los politiqueos de los partidos mayoritarios, los del pesebre o los del yugo, los cuales eran hijos, primos, parientes o conocidos de tal o cual. A algunos que si de día no se les veía el pelo por la obra, de noche se las pasaban durmiendo en las casetas, en un principio creadas para que los trabajadores comiesen, se aseasen o hiciesen sus necesidades. Tal cosa era incierta, pues comer o defecar eran coas que los obreros hacían en las máquinas o a la intemperie.

Pepe no se revelaba contra ello, ni siquiera sentía ganas de hacer algo por el estilo, él se había educado en acatar toda orden. Ya sabía quién mandaba y él estaba resignado a la autoridad.

A la semana siguiente les comunicaron que ya los coches no irían a recogerlos al punto de encuentro, cada uno debía ir por cuenta propia a la puerta de la obra. ``Hay que reducir costes´´, decía el encargado, ``la crisis nos llega a todos y todas, y la empresa aún no ha recibido ayuda del Estado´´. Pepe pensaba que si hace una semana este país era el paraíso de la abundancia, entrar en una crisis económica parecía imposible, pero allá ellos. Había que creer lo que Manuel le contaba, por que era su amigo y además una persona realmente inteligente. Si le decía que el Estado tenía la culpa, pues maldito sea el Estado, con lo buena que era aquella empresa que le daba trabajo y miraba por él.

Lo que el no alcanzaba a comprender es lo que comentaba aquel chaval, con el cual muchos compañeros tenían miedo de relacionarse. El encargado ya les había avisado: Era un agitador , un subversivo y un comunista, y cada mañana en la entrada del recinto decía que la empresa pretendía finiquitar la obra cuanto antes, coger la ayuda estatal y partir a hacer obras al extranjero. Países pobres con monopolios ricos, donde todo sale más rentable y los sueldos son prácticamente marcados por ellos. Según este muchacho, había que crear un comité de empresa y luchar por unas garantías para los trabajadores, con el objetivo de que pudieran seguir manteniendo sus puestos de trabajo.

Pepe veía en las enseñanzas de aquel joven algo imposible, como obreros no tenían nada y todo se lo debían a la empresa. Para las próximas Navidades, la empresa haría una comida y entregaría unas cestas de navidad a los trabajadores. Más de la mitad de los trabajadores fueron llamados, y la invitación a la cena es cambiada por un papel de finiquito. Los últimos trabajos de la obra serían subcontratados a otra empresa más pequeña: La empresa de Pepe había recibido la ayuda estatal y marchaba para hacer obras en otro país.

Pepe intentó hablar con Manuel, que le dijo: ``Firma tu conformidad para recibir el finiquito lo antes posible y no apures los quince días de anticipo del despido, marcharás también con nosotros al extranjero.´´ Pepe firmó y no apuró en la obra los últimos quince días, como si lo hicieron otros muchos compañeros y compañeras. Lo cierto es que a nuestro amigo no lo llamaron para trabajar en el extranjero, donde continúa Manuel siendo ``amigo´´ de otros muchos obreros. Mientras tanto, Pepe y su mujer e hija viven en casa de su suegra, cuidando de ella y otras personas mayores.
Pepe ya no tiene trabajo, pasa el tiempo de un portal a otro mendigando, sufre de artrosis y un problema de alcoholismocome de los desperdicios y duerme en la calle.

SI ESTA SOCIEDAD ESTÁ HECHA PARA DESTRUIR LAS ASPIRACIONES DE NUESTRA CLASE, NUESTRO DEBER ES DESTRUIRLA ANTE ESTE SINSENTIDO.

ESTA ES LA HISTORIA DEL QUE SIEMPRE SE RESIGNÓ.

PEPE, POR PENSAR COMO UN ESCLAVO TE QUEDASTE SIN UN CENTAVO.

MUERTE AL CAPITALISMO, TRABAJEMOS POR EL SOCIALISMO.

Autor: Vencedor79


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